Caídos

Ellos son uno hecho pedazos, dos trozos de carne despedazados en realidades diferentes.
Y él la recuerda.
La recuerda como recuerda el manco el fantasma de su mano cuando cierra los ojos, y la siente.
Y sabe, como él, que cuando abra los ojos, por mucho que quiera, ella ya no estará ahí, mirándole, esperando... con sus grandes ojos negros.

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