Mi girasol se está marchitando
y yo no puedo hacer nada
más de lo que ya he hecho.
No sé si cortarle las flores
o dejar que caigan y
se pudran en el tiesto.
Sólo le queda una,
que ni verde, ya cae
sabiendo su destino
y aceptándolo
ante la sombra
de un tallo muerto.
Muerto, y yo no puedo hacer nada
más que mirar cómo va muriendo,
y , dios mío, preferiría sacarme los ojos
a tener que estar viendo esto.
Flor seca, y bella, corona sus lamentos
los pétalos desordenados
se olvidaron de ser hace tiempo.
No gira hacia el sol mi girasol,
se inclina sólo hacia el suelo.
Muerto dos veces,
espero que esta vez vaya al cielo.
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