Cógeme si puedes, y esquiva esos arboles porque te vas a dar algún golpe, pero corre, corre más deprisa, no me alcanzas, casi, te has caído, te levantas de golpe y yo sigo dando vueltas a tu alrededor con este vestido que no hace más que dar vueltas también, qué te parece si vamos por aquí, cuidado con las piedras, espero que no nos ataque ningún león, espera, el león no debías ser tú, tampoco debía serlo yo, estás llena de hierba, tu lengua está tibia, pero corre, corre, que nos alcanzan las sombras de las copas de los árboles, que nos ganan los pájaros dando saltitos por el suelo, pero dame la mano, venga, que tenemos que perdernos, pero no por aquí ni por allí sino por todos lados, y ese tronco caido sera nuestro sofá y ese ríachuelo nuestra agua corriente, y ese sauce llorón nuestra persiana, y esta hierba tan mullida será nuestra cama. Ya no te vayas, que aquí nadie podrá seguirnos.
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