Sistematica de una caída

Estoy al borde de un acantilado, un acantilado muy alto con muchas rocas en el fondo y con una caída mortal y sé que me tengo que apartar si quiero seguir viviendo, que aunque sobreviva me puedo hacer mucho daño, y estoy en un precario equilibrio en el que puede venir el viento y empujarme o se puede desmoronar el débil sosten que es la punta del iceberg y caerme, pero me gusta tanto estar donde estoy... me siento tan excitada, tan invencible, tan tremenda y estupidamente viva... ¿Pero y si viene alguien y me empuja por detras? ¿y si retrocedo y resbalo?
Doy un paso atras, dos y es como si todo se volviera oscuro, ya no se ve el mar, ni las olas, ni las rocas, solo tierra segura, firme e inerte., y aunque se que es lo mejor que podía hacer no puedo evitar morirme de ganas por echar a correr y saltar al mar.

Escribo por no llorar, buscando en estas lineas el beso que te pedía.
Morder la manzana, engullirla de un bocado, vomitarla y volverla a comer, una y otra vez.
Subirme al arbol y esconderme entre las hojas, a media luz. Imaginar que no hay nada más y cuando anochezca, aullar a la luna la ausencia de tu cuerpo, de tus ojos de perro y tu sonrisa lobuna, del hombre-lobo que es medio asesino medio curandero, que me clava puñales para echarme luego alcohol.
Mordí la manzana, mordí el anzuelo, me mordió él, y solo tengo ganas de comer. Pero no quiero transformarme y perder lo poco que me queda de humanidad.

La rama tiembla y se va a romper, y voy a terminar cayendo en tus redes y no puedo.
Y por ti le grito a las estrellas que se quedan quietas mientras yo me derrumbo en cualquier esquina mientras tu estas por ahí disfrazandote de abuela para seducir a caperucita.