Vivía en una casucha de las afueras, llena de cuadros, de libros apilados uno sobre otros.
Estaba destrozado no se sabe de que amores o drogas, miraba siempre a los ojos y sonreía poco, muy poco.
Cuando le fui a visitar pensé que habia muerto hacia mucho tiempo, en realidad iba a visitar la casa y los recuerdos que ella me traía, aún seguía el retrato de su mujer colgado encima de la chimenea. Una de tantas.
Recorrí los pasillos de la casa rozando las paredes con la punta de los dedos, dejando un indeciso sendero al levantar la suciedad, dueña y señora del lugar.
Casí pegue un salto al encontrarmelo leyendo en una esquina junto a una ventana, seguía siendo el mismo viejo loco pero con 10 centimetros más de barba adornandole la cara, más sucio y tal vez mas pequeño o encorvado. no sé.
Estuve mirandole de pie unos minutos, daba por sentado que el sabía que estaba allí pero se le veía demasiado enfrascado en la fantasia del libro como para mirarme.
Cuando pasaron 20 minutos y seguía sin levantar cabeza me di cuenta de que no lo haría. La vida le había derrotado. La fantasia era ahora su casa, su cuerpo, sus necesidades. Había vendido el mundo por la tranquilidad de una vida con principio y final y con la propiedad de cambiar de vida cada vez que le viniera en gana.
La casa creció de repente y parecía querer tragarme, salí andando despacio con miedo de romper el debíl equilibrio con realidad, horrorizado por lo que había hecho ese hombre. Por abandonar su existencia.
Cuando deje la casa atras, me di la vuelta y observé la calle, estaba ya anocheciendo y no había nadie paseando. Hacía frío, era invierno. Una esponjosa y siniestra neblina parecía envolverlo todo. Y me pregunté si en algún otro lugar, otra dimensión, alguien estaría leyendo algún libro que hablase de fantasia, o de realidades, y en el que tal vez, fuese yo uno de sus personajes.
http://www.youtube.com/watch?v=209ArurxVG4&feature=fvw
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