No hay nada concreto.
¿Soy sólo mi cuerpo o soy también todo lo demás que me rodea? ¿Formo parte de un todo?
La verdad es que estamos demasiado acostumbrados a verlo todo como una sucesión hasta el final, como una cadena de hechos que llevan a una conclusión. Y ahí está el error, que nada concluye, que la vida fluye, no la mía, ni la de nadie, la vida del mundo, del universo, la eterna vida del todo.
La tierra que un día seremos, el polvo en que nos convertiremos.
No somos los mismos cuando nos quitan las cosas que queremos, las cosas con las que somos, ¿un escritor es enteramente escritor cuando no tiene nada con lo que escribir, cuando no tiene nada que leer, cuando no tiene a nadie a quien contarle historias? ¿Es un político un verdadero político cuando no tiene a nadie a quien engañar?
Ser egoísta no tiene sentido, porque no hay nada que pueda beneficiarte sólo a ti, ni nada que te perjudique sólo a ti.
Pero somos egoístas, y pensamos en nosotros, porque nuestra mente es un continuo monólogo de cosas, muchas veces, sin importancia. Y lo que importa no se ve, pero muchas veces estamos tan ensimismados que no intentamos sentirlo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario