Tolomeo y Peineta

Era su primer amor y él la adoraba como si fuese la luna y sus ojos ocultasen todo el universo, pero ella era la chica de los bares trasnochados, de los vestidos elegantes pero ciertamente demasiado cortos, y la cosa no podía funcionar.
Romeo le llevaba sus poemas iluminados y ella los escuchaba fumándose tranquila un cigarrillo, en el fondo Peineta pensaba que era un gran chico pero el problema es que tampoco importaba lo grande que fuese, o al menos eso creyó ella siempre.

"El problema de los chicos grandes es que necesitan cosas grandes, las chicas trasnochadas como yo, el único problema que tenemos es que nuestras noches son siempre demasiado cortas y las miradas de las furcias demasiado afiladas"

Así pues Peineta se fue con un romántico gitano y Romeo el pobre se quedó desolado escribiendo poemas desolados:

"Me mandó completamente a la mierda" declara.

Eso sí, hemos de agradecer a Peineta poemas tan grandes y tan tristes como "Todos tus cigarrillos me explotaron en la cara"y otros de una resignación tal como "La luna era una puta, y me dio igual" .

Es un chico algo drogadicto ahora, pero es más feliz de lo que jamás creyó que podría ser, y creía muchas cosas porque era un chico grande, ciertamente ya no lo es, pero ya tampoco lo necesita.

"¿La grandeza? Bah! eso para los políticos, el opio para el pueblo"

Y aquí Romeo nos explica lo que le paso, que es muy interesante porque lo mismo nos ha pasado a todos nosotros y no nos hemos dado ni cuenta:

"Yo era un pequeño ansioso de teta, quería amar con el amor celoso y excéntrico de Ana Karenina, con la tranquila sumisión del marido de Madame Bovary y de todas las formas habidas y por haber, pero vino una puta triste a romperme el corazón, era mi amor, mi amor, mi amor, mi amor, yo la hubiese acunado a través de las noches hasta el último amanecer del mundo, pero la muy cateta y muy humana me dejo, y vaya, que si hubiese sido la mujer perfecta que yo imagine en ella, la hubiera querido como nadie"