Oda al hombre en su ocaso

Hace ya cinco años que el niño pide teta
el banco se hace el sordo y no escucha
ya los llantos del niño que pide teta.
Ya no podemos alimentar los sueños
del niño que pide teta.
Sólo podemos pagar hipotecas.

Los niños ya no nacen bebes
los niños nacen viejos
sin saber.
Los niños sin pan se dan de bruces
contra el mundo
sin saber.

Y después,
hace ya cinco años que el pide teta
hace ya cinco años que el niño tiene cuarenta
y ahora,
nota la herida
que le supura, que grita.

¿Por qué no imputan a tu padre
por darte de bruces contra el mundo?
¿Por qué no a tu madre?
Hace ya cinco años que duele tu herida
más que todas las heridas del mundo,
y no sabes por qué.

Por las noches, cuando las buenas personas duermen
cuando las gentes que no saben de ti, duermen.
cuando todo el mundo al que no le importas una mísera mierda duerme,
te duele mucho la herida, te duele mucho, como siempre le duele a los niños la rodilla.

Te duele la herida de no saber por qué todo, por qué tu.
Te dijeron amor, y decían sexo.
Te dijeron trabajo, y decían esclavitud.
Después de muchos años te diste cuenta de que todas las verdades que algún día fingieron decir, eran mentiras.
Y ellos lo sabían.
Pero tu no.
Por eso duele tu herida, y por mucho más, y por mucho menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario