Anomalía

Secaré todas y cada una de tus lágrimas


                                                     hasta que mi cuerpo se pudra y se rompa,
y aunque ya no pueda hacerlo más,


        aún entonces los huesos de mis manos querrán seguir rozando tus mejillas.

2 comentarios:

  1. Hermosas palabras, aunque lo que dices suponga demasiado esfuerzo, a veces tan inútil...
    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Eh! No tiene por qué ser inútil, Martín

    ResponderEliminar